Santa Fe de Antioquia, ciudad madre de Antioquia
El pueblo antioqueño es regionalista por naturaleza, lo que ha causado cierta antipatía en otros colombianos. Sin embargo, las demás regiones del país reconocen en los antioqueños a un pueblo intrépido y trabajador, amable y acogedor.
En cuanto a protocolo se refiere, el paisa es de naturaleza descomplicada y espontánea, y su verdadera cultura se expresa mejor en la gran cantidad de poetas, escritores, músicos, escultores, filósofos, científicos, economistas y estadistas que han nacido en Antioquia.
La cultura antioqueña incluye también una profunda inclinación históricamente exitosa y ejemplar en el mundo de la economía y los negocios en prácticamente todos los campos, al tiempo que un vasto conjunto de acendradas tradiciones religiosas y familiares.
Igualmente, el pueblo antioqueño es rico en fantasías y búsquedas explicativas del mundo y su marcha histórica. De esta manera puede contemplarse el folclore de un pueblo que incluye en su vida sus mitos y narraciones. Antioquia es un pueblo arraigado en sus tradiciones, lo que se percibe en los festejos populares de cada uno de sus municipios. En sus expresiones campesinas y más populares, por ejemplo, la trova, la copla, el tiple y la guitarra dan la tónica para la música de carrilera, la música guasca y la música andina, que incluye ésta última bambucos, sanjuaneros, torbellinos guabinas, pasillos, rumbas, bundes y rajaleñas criollas. Las bandas pueblerinas son también indispensables en los festejos populares.
En los últimos años, por otra parte, muchos aspectos de la cultura popular tradicional han sido substituidos por elementos culturales provenientes de la globalización, y es así como gran parte de la juventud se ha volcado por ejemplo hacia tendencias musicales de origen extranjero como el rock, el reguetón y el hip-hop, con un desdén casi total hacia la tradición
Fiestas, ferias y festivales en Antioquia
Como en todo el planeta, también Antioquia bulle en fiestas, carnavales, reinados, ferias y celebraciones. Tanto en la capital, Medellín, como en cada uno de sus otros 125 municipios, las gentes se vuelcan en sus correspondientes fechas a la celebración de las efemérides locales.
- Fiestas y festivales en Medellín
Silleta del Desfile de silleteros, Medellín
Es la fiesta más representativa de la ciudadanía de Medellín. Se realiza a finales del mes de julio hasta comienzos del mes de agosto. La Feria, además de otras múltiples actividades y festejos, tiene como eje principal el Desfile de Silleteros, una vistosa parada de enormes y artísticas silletas de flores cargadas en la espalda por sus propios cultivadores y ya muy conocida internacionalmente
- Festival Internacional de Poesía
Esta es una congregación anual de poetas de casi todo el mundo, quienes entregan al público sus poemas y lecturas de una peculiar manera masiva en parques, auditorios, barrios populares y poblaciones cercanas a Medellín. Este evento ha sido galardonado con el Premio Nóbel Alternativo, antesala del Premio Nóbel de Paz, por la fundación Right Livelihood de Suecia, y su objetivo consiste en luchar por la paz a través del arte poético
El XVII Festival Internacional de Poesía de Medellín se realizará entre el 14 y el 22 de julio de 2007, con la participación de más de 80 poetas provenientes de alrededor de 55 naciones
Celebración anual popular, una expresión de la cultura tanguera que Medellín adoptó como propia. Este es un legado del bardo Carlos Gardel, quien murió en esta ciudad en un accidente de aviación en 1935. Dentro de las actividades del Festival se destaca La Tangovía, donde la gente se lanza a la calle masivamente para bailar, escuchar tango, milonga y, obviamente, divertirse a instancias de la cultura porteña
- Feria Taurina de La Macarena
Antiguamente llamada Feria de La Candelaria, se lleva a cabo entre finales de enero y el mes de febrero. Participan en ella los mejores toreros, banderilleros y rejoneadores de Latinoamérica y España
- Festival del Humor (Medellín)
Celebración anual de risas, humor, trovas, comedia y vida descomplicada, realizada en el Teatro Metropolitano de Medellín con la participación de artistas del humor de todo el país y el extranjero, y que tiene como objeto cultivar y preservar el buen humor como importante expresión cultural, además de mantener en la comunidad una cantera sostenible de artistas relacionados o dedicados a él
- Desfile de Mitos y Leyendas
La noche del 7 de diciembre de cada año, la noche de las luces, el centro de la ciudad se engalana con el desfile que en medio de disfraces, cánticos y comparsas, evoca los mitos y leyendas más conocidos de la comarca: La madre monte, El cura sin cabeza, La dama verde, El sombrerón, La llorona y muchos más.
- Fiestas y festivales en otros municipios
- En Santa Fe de Antioquia, Semana Santa y Festival de los Diablitos
- En La Ceja, Festival del Toldo y de las Flores en diciembre
- En El Santuario, Fiestas del Retorno, en enero
- En Jardín, Fiestas de la Rosa
- En Caramanta, Fiestas de la Ruana, del 8 al 11 de noviembre, fiestas emblemáticas del municipio
- En Betania, Festival anual de Música Guasca, una peculiaridad de esta ciudad
- En Concordia, Festival de la Trova Paisa, cuyo creador y padre es don Salvo Ruiz, nacido allí
- En Puerto Berrío, Festival de la Cometa y Noche de los Poetas
- En Vigía del Fuerte, Fiestas de la Virgen del Carmen
- En El Bagre, Festival Vallenato, entre octubre 25 y 31
- En San Pedro de los Milagros, Festival del Bambuco
- En Segovia, Semana de la Cultura, la Juventud y el Deporte
- En Turbo, Día de la Antioqueñidad y el Carnaval del Caribe Antioqueño
- En La Pintada, Fiestas del Turismo y la Ganadería
- En Ciudad Bolívar, Fiestas de los Arrieros, y así sucesivamente.
- En varios municipios a la vez, y recorridos uno por uno, se realiza anualmente La Mulada, una enorme congregación de arrieros paisas, ataviados con sus trajes tradicionales y acompañados de sus mulas. Esta caravana de arrieros recorre varios municipios y tiene como objetivo mantener viva la tradición de la arriería como raigambre antioqueña, a la vez que ayudar a la población más necesitada o desplazada a su paso por los pueblos. La caravana, tras un largo viaje de 11 días, culmina en Medellín como un gran espectáculo y se celebra a mediados de mayo.
Las demás fiestas del departamento, en cada una de sus ciudades, y por separado, se pueden ver en el apartado Municipios de Antioquia.
Trajes típicos antioqueños
El traje típico antioqueño desciende directamente, para los hombres, de los arrieros paisas colonizadores del siglo XIX, y para las mujeres, de las jóvenes y señoras recolectoras de café.
El traje masculino se compone de sombrero blanco con cinta negra, poncho o ruana dependiendo del clima, carriel, machete y alpargatas, y el femenino de falda larga negra con algunos coloridos estampados, y blusa blanca.
Algunas artesanías de la región
- Carrieles antioqueños en Jericó y Amalfi
- Artesanías en cabuya, lana y cuero en Girardota
- Aperos e implementos agrícolas para el ganado caballar, en Jericó
- Vajillas en cerámica pintadas a mano, en el Carmen de Viboral, fabricadas para exportación
- Atarrayas, canastas y chinchorros, en Yondó
- Sombreros y bolsos en cabuya, así como las colchas de retazos cosidas a mano con diversas formas y colores en Jardín
- Objetos elaborados con cáscara de coco; pulseras, manillas y collares; hamacas y chinchorros, lámparas y cortinas en madera, canastos, abanicos y sombreros tejidos con palma, en Necoclí
- En Medellín, cada julio en los alrededores de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot se realiza la Feria Nacional de Artesanías. En ella exhiben cerámica, orfebrería, joyería, trabajos en vidrio, tallas en piedra y madera, marroquinería, cestería, tejidos, bordados y muchas modalidades más de las artes manuales
- El primer sábado del mes se realiza, también en esta ciudad, en el parque de Bolívar, el Mercado de San Alejo, exposición y venta de artesanías, plantas y comestibles. Participan más de 450 artesanos de Medellín y de otras regiones de Colombia.
El sentido del humor en Antioquia
En la evolución de la cultura paisa -antioqueña, en este caso-, el sentido del buen humor ha constituido un rasgo fundamental de supervivencia. Con tinturas muy particulares, Antioquia es un pueblo que se sabe reír y que sabe hacer reír. En su humor se enjuagan penas y dramas, es cierto, pero también este humor se cultiva por sí mismo: tiene personalidad, carácter y derecho propio.
Si bien el humor antioqueño no es catalogado como fino -y no lo es por lo general-, es sin embargo un humor eficaz, un humor "al grano" que "funciona o no", y que constituye un magnífico rival para concursar con otros tintes regionales colombianos y del exterior, con otros estilos de humor ciertamente diferentes, todo lo cual añade variedad y risa al contexto de marras.
En una síntesis general, hoy día no existe en Colombia nada parecido a un "humor colombiano". En Colombia el humor es la suma de los humores regionales, cada uno con su tinte especial, y está caracterizado por la diversidad en la riqueza del chiste o el chispazo locales.
El humor antioqueño, en particular, y como hecho grupal y comunitario, puede observarse, durante el siglo XX, como una especie de experimento pionero u original, según el cual se generó en el país a partir de formatos radiales como el de "Montecristo" y otros, un primer tipo de humor regional comunitario perfectamente distinguible de los demás, sin necesidad de calificar su calidad.
A partir, entonces, de los humoristas antioqueños de la época, exagerados pero eficaces al hacer reír, que generaron un estereotipo claro y definido de "humor antioqueño" en la segunda mitad del siglo pasado, se crearon otros estereotipos en otras regiones, para "competirle" al antioqueño, todos verdaderas muestras humorísticas de muchas zonas de Colombia.
Antioquia, con sus peculiaridades que a muchos disgustan pero que a otros gustan en buen grado, caracterizó así a su región mediante el humor, masivamente y durante décadas a través de la radio y la televisión, y a partir de entonces se fueron formando otros elencos humorísticos en diversas zonas regionales, caracterizando muy sanamente las diferentes regiones del país en este imprescindible aspecto de la cultura.
Comenzando el siglo XXI, la matriz pionera, el humor antioqueño, había sido complementada y aun desplazada de los medios por el humor boyacense, el humor caleño, el humor costeño, el humor santandereano... Sólo hasta hace muy poco, el humor antioqueño ha vuelto por sus fueros, y hoy día en 2007 está "contraatacando" con su personalidad propia y obviamente muy distintiva y divertida.
Entre los muchos voceros del humor antioqueño, algunos ya fallecidos y otros destacados actualmente en los diversos medios masivos y escenarios, hay que mencionar al popular dúo Tola y Maruja, al insuperable Montecristo, así como a Cosiaca, Salvo Ruiz, Crisanto Vargas (Vargasvil), Fosforito y Mario Betancur, "El Preso" . En el teatro de humor antioqueño sobresale el grupo El Águila Descalza.
Entre los personajes femeninos del humor antioqueño sin duda se destaca la Nena Jiménez, una campeona del "chiste verde" o "picante" quien, con un sentido estilo popular paisa, ha hecho reír a millones de personas con sus ocurrencias, las cuales nunca prepara; Jiménez siempre ha preferido la improvisación.
Apelativos tradicionales de los municipios antioqueños
Si se observan con cuidado los apelativos tradicionales que tienen los municipios antioqueños, se obtendrán evidencias sobre que el antioqueño, especialmente el paisa que conforma la mayoría, se siente parte de una especie de Ser total llamado Antioquia, del cual él o ella, como paisas que son, se siente hijo o hija.
En el apelativo de cada población hay una alusión comunitaria e histórica a esta particular condición sociológica. Un viejo adagio dice que el buen antioqueño quiere más a su tierra que a su "mama".
Los apelativos que tienen los municipios antioqueños son resúmenes de sus propias historias y realidades locales, adquiridos con base en circunstancias notables de la zona, lo que describe con mucho la identidad cultural de cada uno. Son tomados estos apelativos de sus hombres ilustres, de estampas paisajísticas, de acontecimientos históricos significativos, de accidentes geográficos y de productos que definen su vocación económica.
Los hay llenos de lugares comunes, como aquellos que dicen: ... donde nadie es forastero", "ciudad de las puertas abiertas", "remanso de paz", "paraíso para propios y extraños", o "tierra de paz y progreso".
Algunas veces la fuerza de las circunstancias hace que ciertos apelativos se cambien por otros, como en el caso de Angostura, que pasó de ser la tierra del gran Barba Jacob a el santuario del Beato Padre Marianito.